Después de un año de estudio, en el que seguramente te esforzaste por mejorar tu inglés, llegan las vacaciones y, con ellas, el temor a olvidarlo todo. Para que el empeño no haya sido en vano, es importante que no abandones por completo el idioma durante el verano.

Como cualquier otra actividad, si dejás el inglés durante mucho tiempo también vas a perder entrenamiento, porque los idiomas se basan en la práctica. En estos casos, la constancia es fundamental.

Entonces, en vacaciones, solo tenés que tratar de mantener tus hábitos o, por lo menos, no perder el terreno ganado. Si durante el año practicás inglés todos los días, podés bajar el ritmo o espaciar la frecuencia, pero es fundamental que no pierdas el hábito.

En vacaciones, seguí buscando tu momento para practicar inglés. Puede ser mirando películas con los subtítulos en inglés, prestando atención a las letras de las canciones que escuchás, leyendo algún libro o –si tenés la suerte de viajar– hablando con personas nativas. Buscá tu estrategia, innová, pero no pierdas la práctica. En unos meses te lo vas a agradecer.

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Contenido producido originalmente por Sabio Marketing para Pymes, para Instituto Cultural Superior Británico.